miércoles, 28 de abril de 2010

Sant Pau



Bueno amigos, repetimos viaje a Cataluña, la cosa se animó después de la última visita al Celler que, como sabéis, salió bien.
Había muchos para elegir, cualquiera, pero elegimos este y vosotros diréis, después de leer y ver todas las fotos, si acertamos o no.
No se muy bien el porqué de la elección, a priori había algún otro me tiraba más, pero desde hace algún tiempo había algo que me atraía de la cocina de Carme, tengo todos sus libros editados en castellano, qu epor otra parte son más bien pocos jeje.
No sé si será por ese punto feminista que tengo, por ser la única mujer en este mundo gastronómico de altos vuelos tan dominado por paisanones, bueno, la cuestión es que para allí que nos fuimos, tren, comer y tren de vuelta.
Llegamos a San Pol de Mar, típico pueblo de la costa del Maresme que ya conocía, típica playa de agua transparente, sin olas, nuestra arena se sustituye por piedrecitas muy pequeñas(que ye eso de dir a la playa y no venir lleno arena pa casa????) de lo más "limpias".

Teníamos la reserva a las 14:00, llegamos a Sant Pol de Mar sobre las 13 horas, pasein y tal y a las 13:40 decidimos entrar al restaurante con la intención de tomar algo en la afamada terraza con vistas al mar, así se lo digo al camarero que me recibe, nos dice que por supuesto, entramos al restaurante con otra camarera y nos sienta apresuradamente en la mesa.
Bueno anda, no pasa nada, mejor casi, así empezamos antes el espectáculo.

Sant Pau es un restaurante muy acogedor, con capacidad para 35 personas.
Tiene dos salones claramente diferenciados.



Uno con una enorme cristalera con vistas a su jardín y a la playa.
Dicho así suena muy bien, yo vi varias entrevistas, documentales y demás de Carme y siempre sale su jardín, su cocina con vistas a la playa etc etc. Todo es cierto, la única pequeña o gran pega es que entre el restaurante y la playa está la vía del tren y aproximadamente cada 15 minutos pasa un enorme tren RENFE por delante del restaurante.



Dentro está perfectamente insonorizado, pero en la terraza es otro cantar jeje
Como se arreglarán para grabar una entrevista larga sin que pase un tren????
En la foto que hay abajo, las verjas negras son de la terraza del restaurante, están las vías y a continuación la playa.
Decir que eso que veis es el andén, ahí te deja el tren, esa es la parada.



A mí me tocó el salón más interior, con unos techos muy altos, luz muy tenue, muy agradable, así que no tuve vistas al Mediterráneo.




Nada más sentarnos nos dicen que si deseamos tomar una copita de cava, cerveza o cualquier cosa, de bienvenida (juraría que empleó esa palabra, si no fue otra similar).
Nos decidimos por una copa de cava, nos traen un CR 20, explican que es un cava de la casa, hecho en especial para el 20º aniversario del Sant Pau por cavas Mont Ferrant y está hecho en el 2008.



Vale, no me dijo demasiado, lo tomamos tranquilamente mientras decidimos el menú y el vino.
La sorpresa viene a la hora de pagar cuando nos cascan 8 eur por copa de cava, 16 euros en cava que yo entendí cortesía de la casa, iluso que es uno, un mal entendido, no pasa nada, la putada es que no me gusta el cava joer jeje.



Tienen un menú degustación con la única posibilidad de ampliar los postres, dos servicios más de postres por 12 euros.
Yo me decido por ampliar y Marta no, la ilusa de ella creyó que acabaría llena jeje, al final me comió los míos :-)
En el menú degustación te dan la opción de elegir entre dos platos, en el último plato del menú, dan dos posibilidades, así que uno se decide por una y otro por otra, así probamos todo.
También, y como es lógico, tienen carta.




Un buen detalle es que antes de empezar con el menú te traen una hoja con todos los platos, así no te pierdes y en todo momento tienes controlado el menú.



Lo primero que aparece son los cuatro aperitivos del micromenú del mes de abril.



Primavera: Flan de flores salpimentado
Directamente no me gustó, mal comienzo, anodino, artificial e insípido.



Verano: Helado de salmorejo con pipirrana
Fue el que más me gustó de los 4, me gusta mucho el salmorejo y esto es lo que era, un helado de salmorejo.



Otoño: Bizcocho de setas
No decía gran cosa, demasiado suave para mi gusto



Invierno: Croqueta de pularda y Comté
Prometía, pero se quedó en eso, en una promesa.
Rebozado perfecto, el interior demasiado gordón, mazacote y no era muy sabrosa que digamos.

Sinceramente, la cosa no pintaba bien.
Lo único que "sabía" era el salmorejo, pero bueno, en fin...
Me hice una idea de lo que sería el resto de la comida y salvo el último plato que fue excelente, siguió la misma línea.



Traen un brebaje bajo el nombre de caldo de inicio que resultó ser un caldo flojo de pesto, sorprendía la textura en boca, era completamente líquida, como el agua, era como saborear un agua con un toque de pesto, directamente no me gustó nada.



Colas de cigala, endibia blanca y rosa, olivas y plátano.
No esperéis nada raro, ningún fondo de cocina ni nada, es eso, lo que dice el nombre del plato.
Unos trozos de colas de cigala levemente cocinadas, en un punto perfecto, las verduras crudas, 4 medias aceitunas "de las normales" y un hilo de plátano que era eso, plátano.
Plato minimalista (en cuanto a cocina se refiere) donde los haya.



Sepia y guisantes, chicharrones, el caldo de las patas, perfume del bazo y de tinta.
Antes no comenté que el personal de sala es muy joven, exageradamente jóvenes todos, nuestra camarera al traer los platos no nos contaba nada, sólo decía, por ejemplo en este caso, sepia y guisantes, que disfruten.
Al principio yo echaba en falta algo de explicación, que te cuenten algo más del plato, no que te lean el nombre que para eso ya me disteis una hojita, luego me di cuenta que poco hay que contar que no diga el nombre del plato.
Vamos con este ligero plato, unos guisantes exquisitos sólo penalizados por haber demasiados rotos, con la piel reventada, pero perfectos de punto de cocción y de sabor. Unas tiras de sepia que no decían gran cosa y unos pequeños y escasos chicharrones que fue lo que más me gustó del plato tras los guisantes.
El resto del plato ya son sutilezas, los perfumes y esas cosas yo no alcanzo a percibirlos, así que me encontré con un plato vacío y carente de sabor, una mezcla de ingredientes solitarios, no unidos entre si.




Ravioli vegetal y jamón Joselito, zanahoria, daikón, berenjena, calabacín y dashi de jamón.
El ravioli era un poco artificial, no me gusto mucho su sabor.
El interior era líquido, una especie de bechamel verde líquida.
El rabioli venía albardado con unas finas y blanqueadas lonchas de distintas verduras.
Esos puntos que se ven en la foto son zanahoria, daikón, berenjena, calabacín.
Nos explican que al acabar el plato hay que tomar ese "chupito" que era un agua con un ligero toque de jamón, venía templada.




Colas de gamba, las colas al punto a caballo de alcachofas cremosas, juliana, fritas y chips.
Plato en el que todo gira en torno a la alcachofa en sus diferentes texturas.
En el fondo una crema de alcachofas un pelín pasada de sal para mi gusto, curioso porque la sal apenas apareció en todo el menú.
Cuatro cuartos de una alcachofa muy rica, con una textura perfecta.
Un "loncha" fina que es la que se ve tan llamativa en la foto.
Pretendía ser crujiente pero no lo lograron, no les salio bien, ignoro si fueron las nuestras o es que aun no lo afinaron bien.
Las hojas si estaban crujientes (son más finas), la base de la alcachofa era un poco más gorda y no consiguieron el crujiente, quedo como revenida, pelín desagradable.
Una pata de la gamba crujiente muy rica y entre el fondo de alcachofa unos cuadradinos de una "gelatina" potente de gamba (coño, un poco de sabor!!!!!!!!!!!!!!!!!!!)
Los trozos de cola de gamba poco hechos, ricos pero no comparable a otros extraordinarios que comí hace poco.



Taco de rape, espárragos verdes, salvajes y de cultivo con almendras.
A ver...como lo digo...
Bueno, un taco de rape rebozado, si, rebozado, perfecto rebozado, eso si.
El rape bien de punto también, pero...
Un fondo de espárrago, ligero como es costumbre de la casa y unos espárragos por ahí, poco más que contar, ah si, las almendras, unos cuadradinos de almendras al natural.

Ahora sólo quedaba el último plato antes de los postres (joder, yo tenía una fame...)
Te daban dos opciones distintas para elegir una de ellas, que pena que no fueran las dos, creo que perfectamente las podían poner, por varios motivos, por la cantidad de platos del menú, para equilibrarlo un poco más, porque creo que los 144 euros daban para meter los dos platos...pero eso es otra historia y no viene al cuento.



Pluma de cerdo ibérico de montanera, "migas monteras crujientes", manzana ácida y orejón de albaricoque.
Platazo, menos mal!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Exquisita presa, exquisito punto, exquisito fondo, la presa venía muy poco hecha, se deshacía literalmente, se cortaba con el tenedor, y no exagero.
El fondo era de cerdo, potentísimo y sabrosísimo, una maravilla, el resto del plato me los podían quitar sin problemas, las migas anodinas y eso verde igualmente, supongo que sería aguacate, no lo se.



Carrillera de atún de L'Ametlla de Mar, bizcocho de chirivía, longaniza ibérica y nata especiada.
Otro platazo.
Un fondazo muy sabroso y el atún, ay el atún!!!!!!!!!!!!!
Que maravilla, una pasada, si la presa se cortaba con el tenedor esta sólo con mirarla ya se deshacía.
Como en el anterior plato, el resto me lo podían quitar, no aportaba demasiado, para mi la nata sobraba ahí.



Ahora llega un plato de quesos, el plato de quesos del mes de abril.
Es costumbre de la casa de cambiar todos los meses de selección de quesos, en esta ocasión fueron: Sant Quirí del Alt de Urgell, Ibores de Cáceres, L'albigeoise de Albigeois, Livarot de Normandía y Stilton de Derbyshire.
El Stilton muy pasado de sal, el L'albigeose absolutamente impresionante y el Libarot bastante bueno.
Cada uno venía con su acompañamiento concreto y van de menos a más fuerte.
Te mostraban una rueda con los quesos enteros para que los vieras rápidamente y se los llevaban, no pude hacerles ni foto.



Prepostre, infusión y fruta
Viene un vaso con una quenelle de helado de algún cítrico, encima echaban un líquido y nos dicen que hay que mezclarlo todo.
Si probabas las cosas por separado, el helado estaba rico y el líquido una broma.
Al mezclarlo mejoraba un poco, pero seguía siendo flojísimo.
Si, es un cortante para limpiar la boca de la grasa del queso, pero un poco más currado no venía mal creo yo.




Rojos de frambuesas, helado de vinagre y de quark, vinagreta.
La base supongo que será la vinagreta, yo solo aprecie un fuerte sabor a AOVE.
Sobresaliente el helado de quark.
Esas bolinas amarillentas eran algo tipo Peta-Zeta creo que se llamaban, te las metías en la boca y estaban un buen rato explotando y haciendo ruiditos.



Flores, menjar blanc, crema de arroz, almendras.
Lo dicho, poco más que añadir, lo redondo es una oblea de chocolate blanco.



Cubo transparente de frutas.
Cubo de gelatina neutra, en el interior varias frutas, mayoritariamente exóticas.



Recordando Sudamérica
Yo creo que era una crema de yuca la base, un helado de cacao, otro de vainilla, una especie de bizcocho de cacao y unos cacahuetes garrapiñados.
Adornaba unos lazos de chocolate.
Los cubos esos gelatinosos no se de que eran, pero eran extraordinariamente fuertes, no puede comerlos.



Los diez divertimentos de pastelería
Piruleta de chocolate y café, piruleta de chocolate y curry, palito de regaliz y sidral, bombón de aceite de oliva virgen extra, bombón de naranja amarga, coca de hojaldre, cabello de ángel y piñones, gominola de limón y yuzú, gelatina de fresas y pétalos, caramelo líquido de absenta.

Unos me gustaron más que otros, pero ninguno reseñable, el de absenta no lo probé, pero hubo quien si y le estuvo oliendo la boca a anís media hora jeje, eso si.

Y esto fue toda la comida señoras y señores.
Pregunté por el maridaje del menú y me dijo el sumiller que mayoritariamente y excepto en un plato, se hacía con vinos catalanes.



En la carta de vinos no tenían mucho riesling, recuerdo unos 6, nos decidimos por un St.Urbanshoff 2008 que aguantó todo el menú pero que no brilló demasiado, 49 euros.
Esto, un café (4 euros!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! y del montón), una de agua de 0,5 l (todo a 4 eur oiga!!!!!!!!!!!!!), la hostia del cava del principio ascendió a unos hermosos y llorados 373 euros que para mi estuvieron francamente mal empleados.
De todo se aprende, eso es cierto, creo que mal vamos por este camino, no entiendo muy bien hacía donde se dirige la gastronomía, nuestra gastronomía.
A mi desde luego no me llegó esta cocina y es una pena porque la tenía muy idolatrada, no la entendí y la sentí vacía, vi muy poca cocina ahí detrás, poco oficio, poco guiso y poco sabor, el resto de la experiencia tampoco me sorprendió, ni el local, ni el servicio ni nada, Carme si, encantadora cuando salió a dar el paseíllo por las mesas, algo es algo...

De 3 restaurantes de 3 estrellas, sólo en uno disfruté, para mi es anadmisible, en un sitio así en el que te gastas ese dineral, se debe de salir flotando.
Así que ya tengo ganas de ir a mi estrella preferida de Arriondas a disfrutar de lo lindo de la cocina, del oficio y de la gastronomía en general.

Toma video jeje

lunes, 19 de abril de 2010

El Celler de Can Roca





Antes de nada pongámonos en situación.
Este lloco y su inseparable compañera se cogen un tren a Barcelona, viajan toda la noche, en Barcelona cogen otro tren para Girona, comen y sin esperar un minuto vuelven a hacer lo mismo de vuelta a casa.
Previamente tuvieron que separarse de las dos cositas que los tienen locamente enamorados.
Que si mereció la pena la paliza, el viaje etc etc???? Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, sin duda, bueno, lo de separarnos de las peques no :-(
El Celler está en a las afueras de Girona, digamos que en un barrio nada atractivo, lo rodean edificios viejos y feos.
Dentro del restaurante todo cambia y parece que te sientes en un sitio precioso y rápidamente olvidas "el exterior".



Las vistas desde nuestra mesa aquí arriba.



Otros lugares del restaurante, con las bodegas al fondo



Las puertas de entrada y salida de la cocina, cada vez que se abrían y cerraban se iluminaba el restaurante, no podía dejar de mirar hacia adentro... Ojalá me hubieran puesto la mesa ahí, en medio del pasillo jeje



Patio interior del restaurante

Nada más entrar, vemos en la recepción a Joan Roca que había salido a coger el teléfono, le veo y me pongo hasta nervioso jeje, nos da los buenos días y amablemente le respondemos, no le vemos más.
Nos atienden y acompañan a la mesa y empieza lo bueno.
Antes de nada nos traen una copa de cava, invitación de la casa, Abert i Noia elaborado para el Celler.
Cuando nos dimos cuenta la habíamos acabado e inmediatamente nos la llenaron de nuevo, varias veces jeje.
Entre tanto, traen las cartas, ya teníamos pensado lo que pedir así que empleamos poco tiempo en eso, el menú festival con maridaje de vinos.

Inmediatamente, para mi gusto demasiado pronto, parece que aun no aterrizaste, no tuviste tiempo casi de comentar, de hablar, de compartir, traen los aperitivos.
Lo primero que llega son las aceitunas caramelizadas.



Preciosa puesta en escena, vienen colgadas de un olivo bonsái, impresionantes, impresionante aceituna, impresionante anchoa y el caramelizado de otro planeta.
Un bocado exquisito, inmejorable toma de contacto.
El contraste dulce-salado bien hecho cada día me gusta más.

Bombón de campari y pomelo, en el menú pone naranja en vez de pomelo, pero la camarera nos dice que es de pomelo.
No tengo foto porque lo traen en un recipiente con hielo y hay que cogerlo con los dedos rápidamente.
Esfera de color rosado de comer de un bocado, como os podéis imaginar explota en boca, no tiene más que decir que la dificultad técnica que pueda tener la preparación, el interior muy reconocible, campari y cítrico.



Crujiente de espina de anchoa de l'Escala con tempura de arroz de Pals
Gracioso bocado que esperaba un poco más potente, la tempura mataba un poco a la espina, aunque supongo que la raspa no da para más.
Una textura increíble de la espina, crujiente.
Un bocado divertido.



Crujiente de grué y cacao
Adictiva "galletita".
El grué del cacao creo que es la cáscara, si alguien lo sabe que me corrija por favor.
Me gustó muchísimo.



Bombón de pichón con Bistrol Cream y turrón de foie gras.
Madre mía!!!!!!!!! los dos impresionantes, pero el bombón de pichón indescriptible.
Parece que tu cerebro no es capaz de asociar ese aspecto y textura con ese sabor, parece chocolate, tiene textura de chocolate, casi huele a chocolate y sabe a .............................. pichón!!!!!!!!!!!!!!
de verdad, hay que probarlo.
El pichón estaba potenciado con el Bistrol Cream que es un tipo de oloroso, fantástico.
El de foie más de lo mismo, pero más delicado, creo que si no supiera que es de foie nunca lo intuiría.
Estaba bañado en cacao y tenía una reducción de px.

Todos estos aperitivos fueron acompañados con el cava, que llegó hasta el plato que os comento a continuación, después ya empezó el maridaje.



Brioche trufado con caldo de escudella
Brioche caliente, como recién bajado del cielo.
Nos indican que hay que comerlo de un bocado y a continuación tomar el caldo de escudella.
La escudella es un cocido típico de la cocina catalana que os podéis imaginar como estaba...
El brioche es el sumun de la delicadeza, elegancia, personalidad, increíble textura, sabor, olor, sencillamente perfecto.
Fue el producto trufado que más me gustó de todos los que probé.

Estábamos extasiados, de momento no había fallado nada, todo exquisito, pletórico, yo pensaba que no podía ser, era demasiado bonito para ser cierto...




Llega la ostra con escabeche de fino y salsa de ostra y algas
Como se habla de estos platos...??? con mi pobre riqueza gastronómica como trato de explicar lo que sentí???
En este caso, como en todos y cada uno de los platos, hay sabor, mucho sabor, potencia, delicadeza, técnica, producto inmejorable, trato exquisito y respetuoso al mismo.
Dicho esto, no se trataba de otra cosa que de una ostra intuyo que cocinada al vacío, a la que le conseguían una textura nueva para mí, espectacular.
El fondo de ostra y algas potentísimo.
Un milhojas de acedera que por sí mismo era un plato.
Un plato redondo.
A este plato lo acompañó un Fino, la Bota nº18 del equipo navazos.



Calabaza con mejillones de roca y mandarina
Yo le cambiaría el nombre al plato y lo empezaría con la palabra mejillón, porque vaya mejillones!!!
Pequeños y ruinos como ellos solos, nada más que los vi, tan poco hechos, tan pequeños, habría apostado lo que fuera a que era un bocado exquisito, y no me equivocaba.
Unos mejillones ligeramente atemperados, con un mínimo punto de cocción sobre una base de calabaza que no tenía ninguna nota extraña.
Unas esferificaciones de su propio jugo que no aportaban mucho pero que tecnifican el plato.
Unas pepitas de mandarina que refrescaban un poco y redondeaban el conjunto.

Acompaño este plato la estrella de la noche, como no podía ser de otra forma, el riesling.
Un Mandelgarten 04 Christmann VDP Plazf, no trataré de describirlo pero es el vino hasta la fecha más complejo en nariz que encontré, increíble, una bomba, me enamoró, me sedujo y me destrozó cuando se fue.



Gamba a la brasa.
Creo que puedo decir que es bocado más exquisito de mi corta vida.
La primera impresión no fue buena, pensé que ya estamos con polvos de gambas, con tierras, con florinas, dibujinos, maltodextrinas y demás mierdas que no aportan nada al plato para mi gusto, craso error el mío.
El plato trata de recrear el ambiente en el que la gamba se mueve, su entorno.
Perfecto, sois muy creativos, pero, esto ta bueno o es sólo comedia? porque yo ando mosqueao con estas cosas eh??
Pues si sabe, la tierra sabe, todo sabe en la plato, pero la gamba, y la gamba de Palamós???
Creo que no existe una calidad mayor ni un producto mejor.
Está hecha a la parrilla, el delicado y sutil humo se impregnó en ella y la convirtió en el mejor y más placentero de los bocados.
Creo que todo ser humano debería de probar este bocado una vez en su vida.
La cabeza os lo podéis imaginar no??? La cabeza un chutazo de potencia, de sabor, pero no se con que me quedo, quizás con el cuerpo mínimamente tratado, una textura inédita, ese humo, ese sabor, siempre lo recordaré.
La gamba venía servida sobre una velouté de sus cabezas.
El hilo oscuro que veis en la foto, en la parte inferior, es la esencia de la gamba, extraordinariamente potente, apto para los amantes de los sabores fuertes.

Acompañó esta maravilla un Penedés, Viladellops 07.
Un vino del norte del Penedés, muy fresco para acompañar todo este torrente de potencia de la gamba.



Sopa de cebolla y nueces crespià con Comté
Sabrosa sopa con diferentes tipos de cebollas que viene de primera mano ella sola en el plato, visualmente espectacular, luego la cubren con un queso Comté líquido que viene en una preciosa jarrita.

El vino fue un Jean François Gavenat 07 A.O.C. Colliure, con este vino buscaban un maridaje de paisaje, este vino y el queso Comté son de la misma zona de los Alpes Suizos y tienen todas las características que pueden tener en común un vino y un queso.



Lenguado con aceite de oliva y sabores del mediterráneo.
Lomo de lenguado con un perfecto punto, como la gamba, impregnado de humo, a la barbacoa, una delicia que potenciaba un poco la insipidez del lenguado.
Los sabores del mediterráneo son unas salsas emulsionadas con aceite de oliva que representan los colores y sabores del mediterráneo, de abajo hacia arriba, hinojo, bergamota, naranja, piñones y oliva verde.
Destacaba la esferificación de oliva verde que estaba sobre la salsa, estaba caramelizada, exquisita.


El vino fue un Clos María 07, como curiosidad diré que esta bodega es propiedad de Joan Manuel Serrat.



Salmonetes con suquet y manteca

A priori y visualmente no me encajó demasiado, la piel del salmonete sin tostado me parece un crimen, pero estaba realmente bueno.
La cocina al vacío bien hecha hace milagros, un elevado tanto por ciento de la población creería que estaba crudo, a mi me fascinó esa textura, quiero una Roner ya!!!!!!!!!!!!
Con la cabeza, hígados y espinas del salmonete hicieron un suquet sabroso, no excesivamente potente.
Los lomos venían "pegados", en medio llevaba una sorprendente manteca rancia que venía increíblemente bien.
Acompañaban unos ñoquis de patata con una textura inmejorable.
Lo que hay encima del salmonete no sé si era un tipo de alga o de verdura, pero era muy sabrosa.

Llegó un elegante borgoña, un domain joblot givry, clos de la servoisine.
En palabras del sumiller, con las que estoy totalmente de acuerdo, la elegancia con etiqueta.
Ya tengo dos amores, una rubia y otra morena, se llaman riesling y pinot noir.




Tendones de ternera con erizos de mar
Un mar y montaña.
Plato potente donde los haya, fondo, cocina, tradición, horas, me enamoró.
Un fondazo que pese a venir caliente estaba casi "cuajado", era pura gelatina, tremendo.
Los tendones igualmente pura gelatina, un auténtico manjar.
Los oricios, que decir de los oricios? crudos, ligeramente atemperados por el calor del fondo.
Unas notas de naranja para refrescar un poco y avellana.
Un platazo

Este plato fue uno de los que más me gustó, así que tuve suerte con el vino, apareció un Terroir al Limit, vino de de agricultura biodinámica en la zona del Priorat, un vino atípico y que se aleja de la tipicidad del Priorat, con mucha fruta y delicado, me gustó muchísimo.



Adaptación del steak tartar con helado de mostaza 2009
Buffff, no sé muy que decir de este plato.
Por encima de todo creo que es demasiado complejo, que está demasiado cargado.
Las bolitas de helado de mostaza eran muy potentes así que unido a la abundancia de ellas que había casi se comían todo ellas solas.
El resto del plato no se quedaba cojo.
Al final, a no ser los paladares más entrenados, no se puede apreciar la calidad de esa ternera de Girona que hay ahí.
Encima de la carne y debajo de las bolas de helado de mostaza, de abajo hacia arriba, había unas salsas, tomate especiado, compota de alcaparras, encurtidos y limón, praliné de avellanas, pasa de oloroso, cebollino, pimienta sechuán, pimentón de la vera y curry, encima unas patatas soufflé igualmente especiadas, casi ná!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Y para aguantar tanta especia llegó un Oloroso del Puerto de Lustau Almacenista D.O. Jerez.



Cordero con guisantes y menta
Uno de los mejores platos, sencillo pero genial, perfecto.
Antes de nada deciros que me emocioné y me puse a zampar antes de la foto jeje, probé la espuma de queso de la Garrocha y la salsa, es lo que tiene ser pofesional :-D
Un cuello de cordero asombrosamente tierno, exagerado, sabroso, perfecto, inmejorable.
Unos guisantes de esos que parece que ya no existen, una crema de menta para refrescar tanta grasa y una salsa, un fondo del cordero, sincero y sabroso, de libro.
Y si esto era poco, coronaba un crujiente de cordero, la mejor "piel" tostada del mundo.

Aqíi nos pasamos a Italia, llegó un Montevetrano 05 Colli di Salerno I.G.T.



Sorbete de destilado de limón
Me pareció una genialidad absoluta.
Puede parecer un cortante no un postre propiamente, no venía maridado, pero a mi fue el que más me gustó.
Es un destilado de la piel del limón, impecable, aceite de bergamota, mousse de limón, bizcocho de maría luisa, azúcar de miel y hojitas de menta escarchadas.
Postre absolutamente digestivo y muy del estilo de Jordi Roca.



Soufflé de rosas
Una base de lichis y guayabi (ignoro como se escribe), el "recipiente" es de azúcar, una especie de cilindro de un caramelo transparente extremadamente fino y delicado, la crema con aromas de rosa y pétalos de rosa coronando.
No lo acabé de entender, no me llegó este postre, se escapa a mi comprensión.

Más me gustó el vino con el que venía, un Gewurztraminer Spätlese 07 Ökonomierat Rebholtz VDP Pfalz, esto si que es un postre ;-)




Vainilla, caramelo, regaliz, aceitunas negras secas y garrapiñadas con helado condensado de vainillas de Tahití.
Todo en este complejo postre gira en torno a la vainilla.

Este postre vino con un Olivares 06, de la D.O. Jumilla, tan rico como novedoso para mí.



Ampliamos el menú con otro postre más, el gran bombón de chocolate.
Una esfera de un caramelo muy fina, cubierta de una fina capa de chocolate con leche.
En el interior una mousse de chocolate bastante suave y helado.
Unas bolitas de distintos chocolates, una galleta sablé de chocolate y pan de oro.
Contundente postre.

Este postre nos lo maridaron con un Px de unos 15 años, de las bodegas Fernando de Castilla.



Petits fours
El que más me gustó creo que fue el de yuzu, que es un cítrico japonés.

Respecto al maridaje, los que sabéis más opinaréis con criterio, pero yo me arrepiento de no haber hecho la comida con dos botellazas de riesling, habría disfrutado más.
Unos me gustaron más que otros como es lógico y natural, pero creo que no hubo ningún vino de esos especiales que uno espera encontrar en un sitio así.

Os pongo unas fotos de la carta y de los distintos menús que hay.




Resumiendo, me pareció un grandísimo restaurante, una grandísima cocina evolucionada y técnica como la que más, compleja, innovadora, sorprendente y todo lo que queráis que "deben"
tener los 3 estrellas modernos, pero a la vez es sabrosa, sincera, con base y fondo, tuve un feliz e inmejorable reencuentro con el sabor.
Los toques de parrilla y humo me parecen un gran acierto.

Mención aparte merece el pan, de varios tipos, cada cual mejor, por si mismos parecen un plato, en especial el brioche de tomate, IM PRESIONANTE.
Ojalá pueda volver algún día, fue una de esas experiencias inolvidables que te enriquecen enormemente.



Para acabar una nota negativa, una anécdota para muchos pero para mí algo más.
15 dias antes de la visita y con la reserva ya hecha, les mando un mail diciendo que si fuera posible maridar el menu girando en torno al riesling ya que soy un enamorado.
No me contestaban, pasaban los días y nada, volví a mandarlo y nada, nadie me contestó nunca.
Mal, muy mal en un restaurante así y en el que presumen de tener todas las atenciones posibles con los clientes.
Al llegar se lo comenté al sumiller, no le dije que lo había consultado por mail, sólo si era posible, y me dijo que no, no se complicó mucho la vida, me dijo que o maridamos o tomamos riesling, así que nada, fue lo que faltó para que la experiencia fuera perfecta, un poco más de atención en ese sentido, porque me sentí como que cagaban para mí.