
Empecé mi andadura en la alta gastronomía con este restaurante hace muchos años, en el 95 más o menos.
Esto es cierto, aunque no menos cierto que después de esta visita tuve el tema un poco abandonado jeje y lo retomé hace "4 días" convirtiéndome en el mayor de los sectarios y apasionados de este caro mundo.
Bueno, al tema, que tenía un montón de ganas de volver, de charlar con Paulino, del que tenía un gran y entrañable recuerdo y que después de esta visita no hizo si no mantenerse o aumentar si cabe.
Tuve la suerte de que me regalaran para el cumpleaños un fin de semana en al son bajo el nombre comercial de 1+1=1, se trata de una noche de casa rural (que está a escasos 50 metros del restaurante) y una comida o cena en el restaurante, esto son 120 euros dos personas, me parece un precio imbatible y una pasada, yo desde luego una vez al año por lo menos volveré.
De la casa rural poco diré, todo está más que correcto, chimenea, vistas impresionantes, tranquilidad total y sobre todo, y repito, sobre todo el trato humano que allí te dan, les estoy totalmente agradecido por las atenciones prestadas.
Poco que decir de la sala que no se haya dicho ya, el nombre de este restaurante ya nos da una pista de lo que encontraremos dentro.

Empezamos con lo importante, la zampa :-)
Tuvieron el detalle de cambiarnos un plato del menú porque Marta estaba con su barrigona.
Al llegar pasamos por el restaurante a hablar con ellos para la hora de cenar y tal, vieron a Marta embarazada y sin decir nada nos cambiaron el menú y lo adaptaron a ella, no vegetales crudos y no carne poco hecha.
Cuando nos sentamos y nos cantan el menú nos dicen que lo adaptaron a nosotros por este motivo y que si queríamos adaptar lo que quisiéramos que sin ningún problema, todo facilidades.

Empezamos con una mantequilla casera a modo de aperitivo de la casa.
De mano la aborrezco porque estoy ya aburrido de esta costumbre afrancesada y un poco caduca, pero esta me sorprendió, sin duda la mejor y más sabrosa mantequilla que probé nunca, impresionante.

Llegan las famosas croquetas líquidas de ortigas con queso de cabra y reducción de remolacha.
Pequeñas, perfectas para comerlas de un bocado, se cogen con los dedos y se aplastan entre la lengua y el paladar, es divertido el juego de la explosión, pero como ya os dije varias veces, ya me saturé de croquetas líquidas, no me entusiasmó el plato.

Aparece como segunda entrada una tapa de queso fresco con wasaby, langostinos, crujiente de puerro y vinagreta de soja con miel.
Plato frío de verano, muy resultón a la vez que sencillo, no enamora pero se agradece en la mesa.
Se trata de un queso fresco tipo afuega'l pitu potenciado con wasabi, rodeado de una juliana de puerro tostadina y muy prestosa y un langostino de calidad, redondea el plato la vinagreta no excesivamente potente.
Nos contaba Paulino que en 30 litros de queso añaden una cucharilla de wasabi, así que si alguien se atreve a jugar con el wasabi cuidadín porque acabáis en urgencias.

Por fin aparecen los principales, una de carne y otra de pescado.
Salmón salvaje de Alaska.
Un descubrimiento, algo que todos deberíamos probar.
El color cambia respecto al salmón "comercial", aunque esto no dice mucho porque depende del método de cocción.
No me resisto a meter la nariz en el plato, vaya como huele el salmón!!!!!!!!!!!!!!
o esto esta pasado o es un pez muy raro.
Lo pruebo y se produce la magia, salmón extraordinariamente potente, ligeramente salado, pero no porque se le haya añadido en la preparación, desde luego puedo decir que solo comí salmón 1 vez en mi vida, esta.
La preparación muy sencilla, supongo que preparado en el rational sin más, sobre unas perfectas y pochadinas patatas panadera, gran plato que añadir al curriculun de sabores descubiertos y que te enriquecen.

Y llega la que iba a ser la estrella de la noche.
Confit de pato a la naranja.
Brutal, nos contaba Paulino que lo confitan a baja temperatura en grasa de pato durante 15 horas.
Bueno, la carne proviene de muslos de pato, cocinada como dije arriba, una vez perfectamente guisada la tuestan imagino que con el grill hasta darle un toque único.
La salsa es viciosísima, con un toque de naranja, exquisita, un platazo.

Tiramisu
Clásico y perfectamente ejecutado postre, sin sabores ni vueltas extrañas, muy rico, acompañado por una galletina riquísima.

Nuestro arroz con leche
Este ya tiene alguna vuelta más, en el fondo una gelatina de limón, buena y casera, una finísima crema de arroz con leche y un helado de canela.
No me emocionó tampoco y después del pato casi cualquier cosa era bajar el nivel.
Variedad de vinos a elegir, tintos, blancos y cavas, todo dentro del menú, todos ellos clásicos, el elegido fue un mayor de castilla roble, poco que decir de él.
Un poco de sobremesa porque estábamos cansados y el cafetín abajo, en la sala de arte que llaman, donde Paulino te prepara el café, te o infusión que elijas.
Amplia carta de tes e infusiones.
Resumiendo y escribiendo esto varias semanas después de haber ido, me gustó mucho y volveré sin duda, uno de los básicos y grandes de Asturias para mi y no solo en cuanto a lo gastronómico se refiere, tiene algo especial, a mi por lo menos me llegó.
Hay algo en esta casa que engancha, que te llega y para un flipao de la cocina como yo es un placer poder hablar largo y tendido con Paulino tomando el café relajadamente.
Como anécdota diré que al ver a Marta tan embarazada, habló con la gente del pueblo para estar ya preparados por si había parto en Malleza, tenía un plan en toda regla montado jeje, fulana que ya había atendido 3 partos sería la matrona, él también, mengana se encarga de las toallas, la otra del agua caliente y así un largo etcétera hasta completar un plan en el poco o nada podría salir mal jeje, Malleza estuvo en alerta esa noche ;-)
Gracias al son y a la responsable de la casa rural por hacernos pasar un fin de semana inolvidable, la próxima vez iremos 4 :-)

Os dejo con las vistas que tenia desde la ventana de mi habitación, si escribiera los post desde ahí seguro que me salia algo decente de vez en cuando ;-)