Bueno amigos, repetimos viaje a Cataluña, la cosa se animó después de la última visita al Celler que, como sabéis, salió bien.
Había muchos para elegir, cualquiera, pero elegimos este y vosotros diréis, después de leer y ver todas las fotos, si acertamos o no.
No se muy bien el porqué de la elección, a priori había algún otro me tiraba más, pero desde hace algún tiempo había algo que me atraía de la cocina de Carme, tengo todos sus libros editados en castellano, qu epor otra parte son más bien pocos jeje.
No sé si será por ese punto feminista que tengo, por ser la única mujer en este mundo gastronómico de altos vuelos tan dominado por paisanones, bueno, la cuestión es que para allí que nos fuimos, tren, comer y tren de vuelta.
Llegamos a San Pol de Mar, típico pueblo de la costa del Maresme que ya conocía, típica playa de agua transparente, sin olas, nuestra arena se sustituye por piedrecitas muy pequeñas(que ye eso de dir a la playa y no venir lleno arena pa casa????) de lo más "limpias".
Teníamos la reserva a las 14:00, llegamos a Sant Pol de Mar sobre las 13 horas, pasein y tal y a las 13:40 decidimos entrar al restaurante con la intención de tomar algo en la afamada terraza con vistas al mar, así se lo digo al camarero que me recibe, nos dice que por supuesto, entramos al restaurante con otra camarera y nos sienta apresuradamente en la mesa.
Bueno anda, no pasa nada, mejor casi, así empezamos antes el espectáculo.
Sant Pau es un restaurante muy acogedor, con capacidad para 35 personas.
Tiene dos salones claramente diferenciados.
Uno con una enorme cristalera con vistas a su jardín y a la playa.
Dicho así suena muy bien, yo vi varias entrevistas, documentales y demás de Carme y siempre sale su jardín, su cocina con vistas a la playa etc etc. Todo es cierto, la única pequeña o gran pega es que entre el restaurante y la playa está la vía del tren y aproximadamente cada 15 minutos pasa un enorme tren RENFE por delante del restaurante.
Dentro está perfectamente insonorizado, pero en la terraza es otro cantar jeje
Como se arreglarán para grabar una entrevista larga sin que pase un tren????
En la foto que hay abajo, las verjas negras son de la terraza del restaurante, están las vías y a continuación la playa.
Decir que eso que veis es el andén, ahí te deja el tren, esa es la parada.
A mí me tocó el salón más interior, con unos techos muy altos, luz muy tenue, muy agradable, así que no tuve vistas al Mediterráneo.
Nada más sentarnos nos dicen que si deseamos tomar una copita de cava, cerveza o cualquier cosa, de bienvenida (juraría que empleó esa palabra, si no fue otra similar).
Nos decidimos por una copa de cava, nos traen un CR 20, explican que es un cava de la casa, hecho en especial para el 20º aniversario del Sant Pau por cavas Mont Ferrant y está hecho en el 2008.
Vale, no me dijo demasiado, lo tomamos tranquilamente mientras decidimos el menú y el vino.
La sorpresa viene a la hora de pagar cuando nos cascan 8 eur por copa de cava, 16 euros en cava que yo entendí cortesía de la casa, iluso que es uno, un mal entendido, no pasa nada, la putada es que no me gusta el cava joer jeje.
Tienen un menú degustación con la única posibilidad de ampliar los postres, dos servicios más de postres por 12 euros.
Yo me decido por ampliar y Marta no, la ilusa de ella creyó que acabaría llena jeje, al final me comió los míos :-)
En el menú degustación te dan la opción de elegir entre dos platos, en el último plato del menú, dan dos posibilidades, así que uno se decide por una y otro por otra, así probamos todo.
También, y como es lógico, tienen carta.
Un buen detalle es que antes de empezar con el menú te traen una hoja con todos los platos, así no te pierdes y en todo momento tienes controlado el menú.
Lo primero que aparece son los cuatro aperitivos del micromenú del mes de abril.
Primavera: Flan de flores salpimentado
Directamente no me gustó, mal comienzo, anodino, artificial e insípido.
Verano: Helado de salmorejo con pipirrana
Fue el que más me gustó de los 4, me gusta mucho el salmorejo y esto es lo que era, un helado de salmorejo.
Otoño: Bizcocho de setas
No decía gran cosa, demasiado suave para mi gusto
Invierno: Croqueta de pularda y Comté
Prometía, pero se quedó en eso, en una promesa.
Rebozado perfecto, el interior demasiado gordón, mazacote y no era muy sabrosa que digamos.
Sinceramente, la cosa no pintaba bien.
Lo único que "sabía" era el salmorejo, pero bueno, en fin...
Me hice una idea de lo que sería el resto de la comida y salvo el último plato que fue excelente, siguió la misma línea.
Traen un brebaje bajo el nombre de caldo de inicio que resultó ser un caldo flojo de pesto, sorprendía la textura en boca, era completamente líquida, como el agua, era como saborear un agua con un toque de pesto, directamente no me gustó nada.
Colas de cigala, endibia blanca y rosa, olivas y plátano.
No esperéis nada raro, ningún fondo de cocina ni nada, es eso, lo que dice el nombre del plato.
Unos trozos de colas de cigala levemente cocinadas, en un punto perfecto, las verduras crudas, 4 medias aceitunas "de las normales" y un hilo de plátano que era eso, plátano.
Plato minimalista (en cuanto a cocina se refiere) donde los haya.
Sepia y guisantes, chicharrones, el caldo de las patas, perfume del bazo y de tinta.
Antes no comenté que el personal de sala es muy joven, exageradamente jóvenes todos, nuestra camarera al traer los platos no nos contaba nada, sólo decía, por ejemplo en este caso, sepia y guisantes, que disfruten.
Al principio yo echaba en falta algo de explicación, que te cuenten algo más del plato, no que te lean el nombre que para eso ya me disteis una hojita, luego me di cuenta que poco hay que contar que no diga el nombre del plato.
Vamos con este ligero plato, unos guisantes exquisitos sólo penalizados por haber demasiados rotos, con la piel reventada, pero perfectos de punto de cocción y de sabor. Unas tiras de sepia que no decían gran cosa y unos pequeños y escasos chicharrones que fue lo que más me gustó del plato tras los guisantes.
El resto del plato ya son sutilezas, los perfumes y esas cosas yo no alcanzo a percibirlos, así que me encontré con un plato vacío y carente de sabor, una mezcla de ingredientes solitarios, no unidos entre si.
Ravioli vegetal y jamón Joselito, zanahoria, daikón, berenjena, calabacín y dashi de jamón.
El ravioli era un poco artificial, no me gusto mucho su sabor.
El interior era líquido, una especie de bechamel verde líquida.
El rabioli venía albardado con unas finas y blanqueadas lonchas de distintas verduras.
Esos puntos que se ven en la foto son zanahoria, daikón, berenjena, calabacín.
Nos explican que al acabar el plato hay que tomar ese "chupito" que era un agua con un ligero toque de jamón, venía templada.
Colas de gamba, las colas al punto a caballo de alcachofas cremosas, juliana, fritas y chips.
Plato en el que todo gira en torno a la alcachofa en sus diferentes texturas.
En el fondo una crema de alcachofas un pelín pasada de sal para mi gusto, curioso porque la sal apenas apareció en todo el menú.
Cuatro cuartos de una alcachofa muy rica, con una textura perfecta.
Un "loncha" fina que es la que se ve tan llamativa en la foto.
Pretendía ser crujiente pero no lo lograron, no les salio bien, ignoro si fueron las nuestras o es que aun no lo afinaron bien.
Las hojas si estaban crujientes (son más finas), la base de la alcachofa era un poco más gorda y no consiguieron el crujiente, quedo como revenida, pelín desagradable.
Una pata de la gamba crujiente muy rica y entre el fondo de alcachofa unos cuadradinos de una "gelatina" potente de gamba (coño, un poco de sabor!!!!!!!!!!!!!!!!!!!)
Los trozos de cola de gamba poco hechos, ricos pero no comparable a otros extraordinarios que comí hace poco.
Taco de rape, espárragos verdes, salvajes y de cultivo con almendras.
A ver...como lo digo...
Bueno, un taco de rape rebozado, si, rebozado, perfecto rebozado, eso si.
El rape bien de punto también, pero...
Un fondo de espárrago, ligero como es costumbre de la casa y unos espárragos por ahí, poco más que contar, ah si, las almendras, unos cuadradinos de almendras al natural.
Ahora sólo quedaba el último plato antes de los postres (joder, yo tenía una fame...)
Te daban dos opciones distintas para elegir una de ellas, que pena que no fueran las dos, creo que perfectamente las podían poner, por varios motivos, por la cantidad de platos del menú, para equilibrarlo un poco más, porque creo que los 144 euros daban para meter los dos platos...pero eso es otra historia y no viene al cuento.
Pluma de cerdo ibérico de montanera, "migas monteras crujientes", manzana ácida y orejón de albaricoque.
Platazo, menos mal!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Exquisita presa, exquisito punto, exquisito fondo, la presa venía muy poco hecha, se deshacía literalmente, se cortaba con el tenedor, y no exagero.
El fondo era de cerdo, potentísimo y sabrosísimo, una maravilla, el resto del plato me los podían quitar sin problemas, las migas anodinas y eso verde igualmente, supongo que sería aguacate, no lo se.
Carrillera de atún de L'Ametlla de Mar, bizcocho de chirivía, longaniza ibérica y nata especiada.
Otro platazo.
Un fondazo muy sabroso y el atún, ay el atún!!!!!!!!!!!!!
Que maravilla, una pasada, si la presa se cortaba con el tenedor esta sólo con mirarla ya se deshacía.
Como en el anterior plato, el resto me lo podían quitar, no aportaba demasiado, para mi la nata sobraba ahí.
Ahora llega un plato de quesos, el plato de quesos del mes de abril.
Es costumbre de la casa de cambiar todos los meses de selección de quesos, en esta ocasión fueron: Sant Quirí del Alt de Urgell, Ibores de Cáceres, L'albigeoise de Albigeois, Livarot de Normandía y Stilton de Derbyshire.
El Stilton muy pasado de sal, el L'albigeose absolutamente impresionante y el Libarot bastante bueno.
Cada uno venía con su acompañamiento concreto y van de menos a más fuerte.
Te mostraban una rueda con los quesos enteros para que los vieras rápidamente y se los llevaban, no pude hacerles ni foto.
Prepostre, infusión y fruta
Viene un vaso con una quenelle de helado de algún cítrico, encima echaban un líquido y nos dicen que hay que mezclarlo todo.
Si probabas las cosas por separado, el helado estaba rico y el líquido una broma.
Al mezclarlo mejoraba un poco, pero seguía siendo flojísimo.
Si, es un cortante para limpiar la boca de la grasa del queso, pero un poco más currado no venía mal creo yo.
Rojos de frambuesas, helado de vinagre y de quark, vinagreta.
La base supongo que será la vinagreta, yo solo aprecie un fuerte sabor a AOVE.
Sobresaliente el helado de quark.
Esas bolinas amarillentas eran algo tipo Peta-Zeta creo que se llamaban, te las metías en la boca y estaban un buen rato explotando y haciendo ruiditos.
Flores, menjar blanc, crema de arroz, almendras.
Lo dicho, poco más que añadir, lo redondo es una oblea de chocolate blanco.
Cubo transparente de frutas.
Cubo de gelatina neutra, en el interior varias frutas, mayoritariamente exóticas.
Recordando Sudamérica
Yo creo que era una crema de yuca la base, un helado de cacao, otro de vainilla, una especie de bizcocho de cacao y unos cacahuetes garrapiñados.
Adornaba unos lazos de chocolate.
Los cubos esos gelatinosos no se de que eran, pero eran extraordinariamente fuertes, no puede comerlos.
Los diez divertimentos de pastelería
Piruleta de chocolate y café, piruleta de chocolate y curry, palito de regaliz y sidral, bombón de aceite de oliva virgen extra, bombón de naranja amarga, coca de hojaldre, cabello de ángel y piñones, gominola de limón y yuzú, gelatina de fresas y pétalos, caramelo líquido de absenta.
Unos me gustaron más que otros, pero ninguno reseñable, el de absenta no lo probé, pero hubo quien si y le estuvo oliendo la boca a anís media hora jeje, eso si.
Y esto fue toda la comida señoras y señores.
Pregunté por el maridaje del menú y me dijo el sumiller que mayoritariamente y excepto en un plato, se hacía con vinos catalanes.
En la carta de vinos no tenían mucho riesling, recuerdo unos 6, nos decidimos por un St.Urbanshoff 2008 que aguantó todo el menú pero que no brilló demasiado, 49 euros.
Esto, un café (4 euros!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! y del montón), una de agua de 0,5 l (todo a 4 eur oiga!!!!!!!!!!!!!), la hostia del cava del principio ascendió a unos hermosos y llorados 373 euros que para mi estuvieron francamente mal empleados.
De todo se aprende, eso es cierto, creo que mal vamos por este camino, no entiendo muy bien hacía donde se dirige la gastronomía, nuestra gastronomía.
A mi desde luego no me llegó esta cocina y es una pena porque la tenía muy idolatrada, no la entendí y la sentí vacía, vi muy poca cocina ahí detrás, poco oficio, poco guiso y poco sabor, el resto de la experiencia tampoco me sorprendió, ni el local, ni el servicio ni nada, Carme si, encantadora cuando salió a dar el paseíllo por las mesas, algo es algo...
De 3 restaurantes de 3 estrellas, sólo en uno disfruté, para mi es anadmisible, en un sitio así en el que te gastas ese dineral, se debe de salir flotando.
Así que ya tengo ganas de ir a mi estrella preferida de Arriondas a disfrutar de lo lindo de la cocina, del oficio y de la gastronomía en general.
Toma video jeje