Antes de nada pongámonos en situación.
Este lloco y su inseparable compañera se cogen un tren a Barcelona, viajan toda la noche, en Barcelona cogen otro tren para Girona, comen y sin esperar un minuto vuelven a hacer lo mismo de vuelta a casa.
Previamente tuvieron que separarse de las dos cositas que los tienen locamente enamorados.
Que si mereció la pena la paliza, el viaje etc etc???? Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, sin duda, bueno, lo de separarnos de las peques no :-(
El Celler está en a las afueras de Girona, digamos que en un barrio nada atractivo, lo rodean edificios viejos y feos.
Dentro del restaurante todo cambia y parece que te sientes en un sitio precioso y rápidamente olvidas "el exterior".
Las vistas desde nuestra mesa aquí arriba.
Otros lugares del restaurante, con las bodegas al fondo
Las puertas de entrada y salida de la cocina, cada vez que se abrían y cerraban se iluminaba el restaurante, no podía dejar de mirar hacia adentro... Ojalá me hubieran puesto la mesa ahí, en medio del pasillo jeje
Patio interior del restaurante
Nada más entrar, vemos en la recepción a Joan Roca que había salido a coger el teléfono, le veo y me pongo hasta nervioso jeje, nos da los buenos días y amablemente le respondemos, no le vemos más.
Nos atienden y acompañan a la mesa y empieza lo bueno.
Antes de nada nos traen una copa de cava, invitación de la casa, Abert i Noia elaborado para el Celler.
Cuando nos dimos cuenta la habíamos acabado e inmediatamente nos la llenaron de nuevo, varias veces jeje.
Entre tanto, traen las cartas, ya teníamos pensado lo que pedir así que empleamos poco tiempo en eso, el menú festival con maridaje de vinos.
Inmediatamente, para mi gusto demasiado pronto, parece que aun no aterrizaste, no tuviste tiempo casi de comentar, de hablar, de compartir, traen los aperitivos.
Lo primero que llega son las aceitunas caramelizadas.
Preciosa puesta en escena, vienen colgadas de un olivo bonsái, impresionantes, impresionante aceituna, impresionante anchoa y el caramelizado de otro planeta.
Un bocado exquisito, inmejorable toma de contacto.
El contraste dulce-salado bien hecho cada día me gusta más.
Bombón de campari y pomelo, en el menú pone naranja en vez de pomelo, pero la camarera nos dice que es de pomelo.
No tengo foto porque lo traen en un recipiente con hielo y hay que cogerlo con los dedos rápidamente.
Esfera de color rosado de comer de un bocado, como os podéis imaginar explota en boca, no tiene más que decir que la dificultad técnica que pueda tener la preparación, el interior muy reconocible, campari y cítrico.
Crujiente de espina de anchoa de l'Escala con tempura de arroz de Pals
Gracioso bocado que esperaba un poco más potente, la tempura mataba un poco a la espina, aunque supongo que la raspa no da para más.
Una textura increíble de la espina, crujiente.
Un bocado divertido.
Crujiente de grué y cacao
Adictiva "galletita".
El grué del cacao creo que es la cáscara, si alguien lo sabe que me corrija por favor.
Me gustó muchísimo.
Bombón de pichón con Bistrol Cream y turrón de foie gras.
Madre mía!!!!!!!!! los dos impresionantes, pero el bombón de pichón indescriptible.
Parece que tu cerebro no es capaz de asociar ese aspecto y textura con ese sabor, parece chocolate, tiene textura de chocolate, casi huele a chocolate y sabe a .............................. pichón!!!!!!!!!!!!!!
de verdad, hay que probarlo.
El pichón estaba potenciado con el Bistrol Cream que es un tipo de oloroso, fantástico.
El de foie más de lo mismo, pero más delicado, creo que si no supiera que es de foie nunca lo intuiría.
Estaba bañado en cacao y tenía una reducción de px.
Todos estos aperitivos fueron acompañados con el cava, que llegó hasta el plato que os comento a continuación, después ya empezó el maridaje.
Brioche trufado con caldo de escudella
Brioche caliente, como recién bajado del cielo.
Nos indican que hay que comerlo de un bocado y a continuación tomar el caldo de escudella.
La escudella es un cocido típico de la cocina catalana que os podéis imaginar como estaba...
El brioche es el sumun de la delicadeza, elegancia, personalidad, increíble textura, sabor, olor, sencillamente perfecto.
Fue el producto trufado que más me gustó de todos los que probé.
Estábamos extasiados, de momento no había fallado nada, todo exquisito, pletórico, yo pensaba que no podía ser, era demasiado bonito para ser cierto...
Llega la ostra con escabeche de fino y salsa de ostra y algas
Como se habla de estos platos...??? con mi pobre riqueza gastronómica como trato de explicar lo que sentí???
En este caso, como en todos y cada uno de los platos, hay sabor, mucho sabor, potencia, delicadeza, técnica, producto inmejorable, trato exquisito y respetuoso al mismo.
Dicho esto, no se trataba de otra cosa que de una ostra intuyo que cocinada al vacío, a la que le conseguían una textura nueva para mí, espectacular.
El fondo de ostra y algas potentísimo.
Un milhojas de acedera que por sí mismo era un plato.
Un plato redondo.
A este plato lo acompañó un Fino, la Bota nº18 del equipo navazos.
Calabaza con mejillones de roca y mandarina
Yo le cambiaría el nombre al plato y lo empezaría con la palabra mejillón, porque vaya mejillones!!!
Pequeños y ruinos como ellos solos, nada más que los vi, tan poco hechos, tan pequeños, habría apostado lo que fuera a que era un bocado exquisito, y no me equivocaba.
Unos mejillones ligeramente atemperados, con un mínimo punto de cocción sobre una base de calabaza que no tenía ninguna nota extraña.
Unas esferificaciones de su propio jugo que no aportaban mucho pero que tecnifican el plato.
Unas pepitas de mandarina que refrescaban un poco y redondeaban el conjunto.
Acompaño este plato la estrella de la noche, como no podía ser de otra forma, el riesling.
Un Mandelgarten 04 Christmann VDP Plazf, no trataré de describirlo pero es el vino hasta la fecha más complejo en nariz que encontré, increíble, una bomba, me enamoró, me sedujo y me destrozó cuando se fue.
Gamba a la brasa.
Creo que puedo decir que es bocado más exquisito de mi corta vida.
La primera impresión no fue buena, pensé que ya estamos con polvos de gambas, con tierras, con florinas, dibujinos, maltodextrinas y demás mierdas que no aportan nada al plato para mi gusto, craso error el mío.
El plato trata de recrear el ambiente en el que la gamba se mueve, su entorno.
Perfecto, sois muy creativos, pero, esto ta bueno o es sólo comedia? porque yo ando mosqueao con estas cosas eh??
Pues si sabe, la tierra sabe, todo sabe en la plato, pero la gamba, y la gamba de Palamós???
Creo que no existe una calidad mayor ni un producto mejor.
Está hecha a la parrilla, el delicado y sutil humo se impregnó en ella y la convirtió en el mejor y más placentero de los bocados.
Creo que todo ser humano debería de probar este bocado una vez en su vida.
La cabeza os lo podéis imaginar no??? La cabeza un chutazo de potencia, de sabor, pero no se con que me quedo, quizás con el cuerpo mínimamente tratado, una textura inédita, ese humo, ese sabor, siempre lo recordaré.
La gamba venía servida sobre una velouté de sus cabezas.
El hilo oscuro que veis en la foto, en la parte inferior, es la esencia de la gamba, extraordinariamente potente, apto para los amantes de los sabores fuertes.
Acompañó esta maravilla un Penedés, Viladellops 07.
Un vino del norte del Penedés, muy fresco para acompañar todo este torrente de potencia de la gamba.
Sopa de cebolla y nueces crespià con Comté
Sabrosa sopa con diferentes tipos de cebollas que viene de primera mano ella sola en el plato, visualmente espectacular, luego la cubren con un queso Comté líquido que viene en una preciosa jarrita.
El vino fue un Jean François Gavenat 07 A.O.C. Colliure, con este vino buscaban un maridaje de paisaje, este vino y el queso Comté son de la misma zona de los Alpes Suizos y tienen todas las características que pueden tener en común un vino y un queso.
Lenguado con aceite de oliva y sabores del mediterráneo.
Lomo de lenguado con un perfecto punto, como la gamba, impregnado de humo, a la barbacoa, una delicia que potenciaba un poco la insipidez del lenguado.
Los sabores del mediterráneo son unas salsas emulsionadas con aceite de oliva que representan los colores y sabores del mediterráneo, de abajo hacia arriba, hinojo, bergamota, naranja, piñones y oliva verde.
Destacaba la esferificación de oliva verde que estaba sobre la salsa, estaba caramelizada, exquisita.
El vino fue un Clos María 07, como curiosidad diré que esta bodega es propiedad de Joan Manuel Serrat.
Salmonetes con suquet y manteca
A priori y visualmente no me encajó demasiado, la piel del salmonete sin tostado me parece un crimen, pero estaba realmente bueno.
La cocina al vacío bien hecha hace milagros, un elevado tanto por ciento de la población creería que estaba crudo, a mi me fascinó esa textura, quiero una Roner ya!!!!!!!!!!!!
Con la cabeza, hígados y espinas del salmonete hicieron un suquet sabroso, no excesivamente potente.
Los lomos venían "pegados", en medio llevaba una sorprendente manteca rancia que venía increíblemente bien.
Acompañaban unos ñoquis de patata con una textura inmejorable.
Lo que hay encima del salmonete no sé si era un tipo de alga o de verdura, pero era muy sabrosa.
Llegó un elegante borgoña, un domain joblot givry, clos de la servoisine.
En palabras del sumiller, con las que estoy totalmente de acuerdo, la elegancia con etiqueta.
Ya tengo dos amores, una rubia y otra morena, se llaman riesling y pinot noir.
Tendones de ternera con erizos de mar
Un mar y montaña.
Plato potente donde los haya, fondo, cocina, tradición, horas, me enamoró.
Un fondazo que pese a venir caliente estaba casi "cuajado", era pura gelatina, tremendo.
Los tendones igualmente pura gelatina, un auténtico manjar.
Los oricios, que decir de los oricios? crudos, ligeramente atemperados por el calor del fondo.
Unas notas de naranja para refrescar un poco y avellana.
Un platazo
Este plato fue uno de los que más me gustó, así que tuve suerte con el vino, apareció un Terroir al Limit, vino de de agricultura biodinámica en la zona del Priorat, un vino atípico y que se aleja de la tipicidad del Priorat, con mucha fruta y delicado, me gustó muchísimo.
Adaptación del steak tartar con helado de mostaza 2009
Buffff, no sé muy que decir de este plato.
Por encima de todo creo que es demasiado complejo, que está demasiado cargado.
Las bolitas de helado de mostaza eran muy potentes así que unido a la abundancia de ellas que había casi se comían todo ellas solas.
El resto del plato no se quedaba cojo.
Al final, a no ser los paladares más entrenados, no se puede apreciar la calidad de esa ternera de Girona que hay ahí.
Encima de la carne y debajo de las bolas de helado de mostaza, de abajo hacia arriba, había unas salsas, tomate especiado, compota de alcaparras, encurtidos y limón, praliné de avellanas, pasa de oloroso, cebollino, pimienta sechuán, pimentón de la vera y curry, encima unas patatas soufflé igualmente especiadas, casi ná!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Y para aguantar tanta especia llegó un Oloroso del Puerto de Lustau Almacenista D.O. Jerez.
Cordero con guisantes y menta
Uno de los mejores platos, sencillo pero genial, perfecto.
Antes de nada deciros que me emocioné y me puse a zampar antes de la foto jeje, probé la espuma de queso de la Garrocha y la salsa, es lo que tiene ser pofesional :-D
Un cuello de cordero asombrosamente tierno, exagerado, sabroso, perfecto, inmejorable.
Unos guisantes de esos que parece que ya no existen, una crema de menta para refrescar tanta grasa y una salsa, un fondo del cordero, sincero y sabroso, de libro.
Y si esto era poco, coronaba un crujiente de cordero, la mejor "piel" tostada del mundo.
Aqíi nos pasamos a Italia, llegó un Montevetrano 05 Colli di Salerno I.G.T.
Sorbete de destilado de limón
Me pareció una genialidad absoluta.
Puede parecer un cortante no un postre propiamente, no venía maridado, pero a mi fue el que más me gustó.
Es un destilado de la piel del limón, impecable, aceite de bergamota, mousse de limón, bizcocho de maría luisa, azúcar de miel y hojitas de menta escarchadas.
Postre absolutamente digestivo y muy del estilo de Jordi Roca.
Soufflé de rosas
Una base de lichis y guayabi (ignoro como se escribe), el "recipiente" es de azúcar, una especie de cilindro de un caramelo transparente extremadamente fino y delicado, la crema con aromas de rosa y pétalos de rosa coronando.
No lo acabé de entender, no me llegó este postre, se escapa a mi comprensión.
Más me gustó el vino con el que venía, un Gewurztraminer Spätlese 07 Ökonomierat Rebholtz VDP Pfalz, esto si que es un postre ;-)
Vainilla, caramelo, regaliz, aceitunas negras secas y garrapiñadas con helado condensado de vainillas de Tahití.
Todo en este complejo postre gira en torno a la vainilla.
Este postre vino con un Olivares 06, de la D.O. Jumilla, tan rico como novedoso para mí.
Ampliamos el menú con otro postre más, el gran bombón de chocolate.
Una esfera de un caramelo muy fina, cubierta de una fina capa de chocolate con leche.
En el interior una mousse de chocolate bastante suave y helado.
Unas bolitas de distintos chocolates, una galleta sablé de chocolate y pan de oro.
Contundente postre.
Este postre nos lo maridaron con un Px de unos 15 años, de las bodegas Fernando de Castilla.
Petits fours
El que más me gustó creo que fue el de yuzu, que es un cítrico japonés.
Respecto al maridaje, los que sabéis más opinaréis con criterio, pero yo me arrepiento de no haber hecho la comida con dos botellazas de riesling, habría disfrutado más.
Unos me gustaron más que otros como es lógico y natural, pero creo que no hubo ningún vino de esos especiales que uno espera encontrar en un sitio así.
Os pongo unas fotos de la carta y de los distintos menús que hay.
Resumiendo, me pareció un grandísimo restaurante, una grandísima cocina evolucionada y técnica como la que más, compleja, innovadora, sorprendente y todo lo que queráis que "deben"
tener los 3 estrellas modernos, pero a la vez es sabrosa, sincera, con base y fondo, tuve un feliz e inmejorable reencuentro con el sabor.
Los toques de parrilla y humo me parecen un gran acierto.
Mención aparte merece el pan, de varios tipos, cada cual mejor, por si mismos parecen un plato, en especial el brioche de tomate, IM PRESIONANTE.
Ojalá pueda volver algún día, fue una de esas experiencias inolvidables que te enriquecen enormemente.
Para acabar una nota negativa, una anécdota para muchos pero para mí algo más.
15 dias antes de la visita y con la reserva ya hecha, les mando un mail diciendo que si fuera posible maridar el menu girando en torno al riesling ya que soy un enamorado.
No me contestaban, pasaban los días y nada, volví a mandarlo y nada, nadie me contestó nunca.
Mal, muy mal en un restaurante así y en el que presumen de tener todas las atenciones posibles con los clientes.
Al llegar se lo comenté al sumiller, no le dije que lo había consultado por mail, sólo si era posible, y me dijo que no, no se complicó mucho la vida, me dijo que o maridamos o tomamos riesling, así que nada, fue lo que faltó para que la experiencia fuera perfecta, un poco más de atención en ese sentido, porque me sentí como que cagaban para mí.