Rodaballo al horno

Antes de nada diré que para mi es el rey de los mares, amén ;-)
Me gusta muchísimo el rodaballo, los salvajes y buenos son un sueño y los malos de pisci que son a los que uno puede optar en su día a día también me gustan mucho, a falta de pan....
Así que esta receta os vale tanto como si os queréis gastar pasta en un manjar como si hacéis como yo y os vais al carreful a por el que mejor vibraciones os de.
Bueno, ya tenemos el bicho, podéis decirle al pescader@ que os lo prepare o hacerlo vosotros en casa, es muy fácil ya que el rodaballo es muy fácil de limpiar y tiene muy poca tripa.

Jorge, esta fuente tan bonita va por ti :-D

La forma de cortarlo es muy fácil, como veis en la foto, empezáis por la cabeza y luego con un cuchillo fuerte y afilado lo cortáis longitudinalmente por la espina, si no queréis currar os deseo suerte para entenderos con el pescadero jeje.
Lo lavamos bien bajo el grifo, en especial por donde las tripas y lo secamos perfectamente, muy muy bien, lo untamos con un poco de AOVE con las manos por ambas caras y salamos.
En una sartén con un buen antiadherente y con un hilo de AOVE (aceite de oliva virgen extra) ponemos nuestro pez, yo lo hago cacho a cacho porque si no es muy difícil controlar el punto exacto además de que hay que tener una sartén casi industrial para hacerlo todo a la vez.
Lo hacemos a fuego muy fuerte, lo justo para tostar un poco la piel y que el rodaballo siga crudo.



Si no tenéis una buena sartén usar un poco mas de aceite pero tener mucho cuidado de que no se pegue nada porque esta piel hay que cuidarla como si fuera la de uno mismo.



Cuando ya tengamos nuestro bicho listo lo ponemos en una fuente apto para horno, si tenéis algo redondo mejor que esta mía os irá mejor.
Regamos con un chorrín de vino blanco y un hilo de buen AOVE y al horno a 200º.
Depende del tamaño del bicho os llevará más o menos tiempo, pero de 10 a 15 minutos.
Cada poco lo regamos con el jugo que nos va soltando, nunca se puede quedar seco, si eso añadir un poco de agua.
El jugo que va soltando mezclado con el vino blanco se va evapororando y pegando a la fuente, cuando pase esto lo desglasáis con agua y levantáis bien lo que se pego a la fuente, esto nos dará un sabor extra, seguimos regando nuestro rodaballo con este líquido.
Cuando veáis que casi está lo sacáis y ponéis el grill, cuando esté a tope lo metéis un ratín para tostar un pelín la piel.



El punto del pescado es muy personal, a mi me gusta poco hecho, tradicionalmente se abusó del calor en la forma de preparar el pescado, dando como resultado pescados secos y menos apetecibles, poco a poco la gente va cambiando de gustos.
Todo esto es para deciros que cada uno le de el punto que le guste, dar tiempos es una bobada, pero no es fácil que quede en su punto, que la carne no se pase y que las espinas que lo rodean y cabeza queden en su punto perfecto, con esa gelatina mmm.

En una sartén con AOVE freímos unos dientes de ajo, a mí me gusta con mucho, y una guindilla picada fina (al gusto, a mi me encanta el puntín picante que le da, lo justo), cuando estén doradinos añadimos vinagre de sidra, mucho cuidado con los vapores que emana e igualmente añadimos el jugo que nos soltó nuestro rodaballo, dejamos hervir un poco y apartamos del fuego, añadimos perejil picado, tenemos un refrito o salsa inmejorable.


Aquí despues de añadir el jugo del rodaballo



Depende de la cantidad de jugo que nos haya quedado, si es mucho lo reducís a 5 o 6 cucharadas soperas.
Y ya está, vertéis el refrito por encima del rodaballo y tonto el último.
Para mi lo mejor es la cabeza, la pestaña y las espinas que lo rodean, si le damos el punto perfecto es una cosa increíble.
Prohibido acabar de comer y tener las manos limpias, kilo y medio de rodaballo se tiene que ver reducido a esto jeje



Nos acompañaron las 2 ultimas copas que me quedaban de este vinazo, adiós amigo, fue un placer :-( lo pasamos bien juntos :-)



Lo más delicado y peligroso del proceso es el freír el rodaballo al principio y el proceso del horno, regarlo cada poco y desglasar los tostados de la bandeja.
Espero que os animéis porque este plato bien hecho es un lujo lujo.